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“En vez de ir a celebrar, yo me devolví a Graneros”: Gabriel Mendoza revive la tristeza de salir lesionado en la final ante Olimpia y terminar en la clínica

Gabriel Mendoza inició como titular el partido contra Olimpia del 5 de junio de 1991, pero el pitazo final lo pilló en la Clínica Santa María. Al recinto asistencial llegó tras sufrir una luxación de codo durante el primer tiempo, lo que lo obligó a salir del campo de juego.

A su llegada a la clínica, Mendoza comentó sobre su estado de ánimo: “Mal, pero no importa. Lo importante es que Colo Colo está ganando y le vamos a dar una alegría a todo el pueblo chileno. Estoy muy optimista de todo esto”, decía a las cámaras de televisión que también se hicieron presentes en la clínica.

Con respecto al partido, y mientras era trasladado en camilla hacia el interior, dijo que el partido “lo veía muy bien para Colo Colo y por algo Colo Colo iba ganando 2-0. No importa. Estoy muy tranquilo hasta este momento y esperamos que Colo Colo toque esa copa tan soñada por todos los chilenos y en especial yo”.

Y hubo espacio para una tercera respuesta: “Ellos (sus compañeros) me decían que estuviera muy tranquilo pero, como te digo, no estoy cabizbajo ni nada por el estilo, estoy muy tranquilo. Le di a mis compañeros todo el apoyo posible para tocar esa Copa».

En ese momento, Carlos de la Barra, médico de Colo Colo, explicó el diagnóstico del exjugador de O’Higgins: «Felizmente solamente una luxación completa de codo. Se redujo con un poquito de anestesia y se le inmovilizó».

Mendoza se enteró en la clínica del 3-0 ante Olimpia, y esa misma noche abandonó el establecimiento ya como campeón de América: “Muy contento. Todo Chile debe estar celebrando este triunfo muy importante para todo el fútbol chileno y en especial para Colo Colo que demostró que por algo es campeón de América y eso es muy importante para todos los chilenos”, dijo a la salida.

Gabriel Mendoza abandona la clínica ya como campeón de América. Foto: Archivo Copesa.

“Yo me siento un poco apenado pero comparto igual los sentimientos de mis compañeros y la alegría que tiene que compartir todo el pueblo chileno de haber obtenido por primera vez la Copa Libertadores de América y que por fin la vamos a poder tocar, para demostrar que el nivel del fútbol chileno está muy alto”, agregó.

La salida de la cancha de Mendoza propició la entrada de Leonel Herrera, quien anotó el 3-0 definitivo para Colo Colo.

Treinta años después

A treinta años de la final contra Olimpia, el recuerdo de Mendoza sobre este episodio es de tristeza: “Lo más doloroso que me pudo haber pasado en la vida fue no haber terminado en cancha ese día histórico del 5 de junio de 1991. Afortunadamente íbamos ganando 2-0, pude celebrar dos goles, y pude aparecer en las imágenes celebrando con el chico (Luis) Pérez, abrazándolo. Y en la foto oficial. Pero el dolor más grande que llevo en el alma es no haber terminado en cancha”.

“Salgo lesionado con una luxación de codo (…) podrían haberme ‘puesto’ el codo como en esta época, te colocan el codo, y haber terminado ahí. Y por último, haberme ido después. Pero en esa época no existía, no estaba tan claro”, lamenta.

Mendoza vio el final del partido en el recinto asistencial: «Cuando me estaban viendo el brazo, el codo, hace el gol el Leo (Leonel) Herrera y celebramos, saltamos en la camilla, nos abrazamos con el doctor, con la enfermera, con todos los que estaban ahí. Fue tan increíble ese triunfo».

Sin embargo, el hecho de no terminar la final contra Olimpia en cancha lo marcó: «En vez de ir a celebrar, yo me devolví a Graneros. Eran las tres de la mañana y pasaba todo el mundo fuera de la bocina pensando que estaba la familia ahí y decían ‘saludos al Coca’. Todo Graneros pasando ahí, sin saber que yo estaba adentro, acostado. Yo estaba adentro acostado. Con mi brazo malo, emocionado, pero no era el mismo sabor. No era la misma alegría, la misma efervescencia. Yo sentía, los escuchaba”.

“Al otro día fue un canal de televisión a entrevistarme y fue como un día normal, como un día cualquiera, con el brazo malo. Yo después veía por la tele a todos mis compañeros celebrando en La Moneda, yo en Graneros. En el restaurant Don Carlos yo no estaba. Fueron tantas las celebraciones que le brindó Chile a todo este Colo Colo 1991 que yo no participé, porque estaba en Graneros”, relata.

“Pena, tristeza. No era el mismo sabor. Yo sentía que tenía que haber estado en la cancha”, subraya.

El momento exacto de la lesión de Gabriel Mendoza. Foto: Archivo Copesa.