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Colo Colo 1991: Una hazaña en medio de la mala reputación internacional del fútbol chileno tras el Maracanazo

Que Colo Colo ganara la Copa Libertadores de 1991 no solo fue una alegría para los hinchas del Cacique, sino que fue una hazaña que se logró en medio de la mala reputación que tenía el fútbol chileno a nivel internacional, pues solo dos años antes había vivido su mayor bochorno: el Maracanazo del 3 septiembre de 1989.

Mi momento más duro, más amargo, más triste, más doloroso fue sin duda el tema del Maracaná. Por varias razones. Primero, por el impacto del momento, porque como varios y muchos de los jugadores no sabíamos de esta situación; pero diría porque, además, tuvo consecuencias severas, graves, que afectaron no solamente a algunos jugadores, sino a muchos jugadores” expresa Jaime Pizarro, uno de los dos jugadores de Colo Colo 1991 que estuvieron presentes en cancha ese día en el Maracaná. El otro fue Patricio Yáñez.

A la distancia, Lizardo Garrido recuerda ese día. “Nosotros estábamos en una gira en México y cuando ocurrió esto, por supuesto, yo estaba vuelto loco echándole puteadas a los brasileños. Yo recuerdo como si fuera hoy. Terminó el partido y Arturo Salah me llama a su habitación, y yo ‘pegándole a la perra como loco’, y me dice: ¿qué le pareció el partido? Nada pues, hay que masacrarlos, hay que hacerles tira en la embajada. Ese silencio… él (Salah) ya desconfió, eso les quiero decir. Incluso varios discrepamos con él, lo molestamos que cómo podía pensar una cuestión así. Lo que sí me llamó la atención es que Arturo inmediatamente nos dijo que le pareció una cuestión rara”.

Las consecuencias del Maracanazo fueron durísimas. A nivel individual, la mayor sanción la recibió el arquero Roberto Rojas, a quien la FIFA suspendió a perpetuidad (aunque en 2000 recibió la amnistía), lo mismo que el expresidente del fútbol chileno Sergio Stoppel y el médico Daniel Rodríguez. En tanto, el entrenador Orlando Aravena y el defensa Fernando Astengo recibieron cinco años de castigo, mientras que el kinesiólogo Alejandro Koch, un año.

Sin embargo, el mayor castigo fue la marginación de la Selección Chilena de la disputa de las clasificatorias para el Mundial de Estados Unidos 1994. Y a nivel de imagen, Chile era considerando como paria del fútbol internacional.

Las lecciones de Maracaná

“Fue un momento difícil de poder abstraerse, fue un momento negro, porque hubo una generación que no pudo demostrar, no pudo estar”, comenta Rubén Espinoza, aludiendo a un grupo de futbolistas que podría haber aspirado a jugar el Mundial de Estados Unidos 1994 si es que no se hubiera sancionado al fútbol chileno.

Ciertamente, varios campeones de la Copa Libertadores de 1991 podrían haber disputado su primera Copa del Mundo en Estados Unidos, por edad y por rendimiento. Algunos nombres: el mismo Espinoza, Jaime Pizarro, Eduardo Vilches, Rubén Martínez y Gabriel Mendoza. Del plantel de Colo Colo 1991, quienes tuvieron la oportunidad de estar una Copa del Mundo fueron Lizardo Garrido, Patricio Yáñez y Raúl Ormeño (este último sin minutos en cancha) en España 1982; y Miguel Ramírez, Javier Margas y Marcelo Ramírez (el Rambo no tuvo minutos en cancha) en Francia 1998.

En este contexto post Maracanazo, en Colo Colo simplemente se concentraron en pensar y preparar la Copa Libertadores de 1991: “En el inicio de la pretemporada, que normalmente es cuando se reúne la comisión de jugadores para resolver el tema premios durante el año, torneo nacional, Copa Chile, Copa Libertadores, nosotros peleamos y se habló hasta la Intercontinental. Había una confianza tal en el equipo de que íbamos a ganar la Copa Libertadores que se peleó hasta eso, cosa que los años anteriores ni se había tocado”, cuenta Miguel Ramírez.

El castigo a la Selección Chilena también dejó enseñanzas en aquel Colo Colo. “Lógicamente, no es el camino conseguir las cosas a como dé lugar. Lamentablemente pasó lo que pasó, y nos dejó una lección a todos quienes generalmente estábamos metido en situaciones de Copa Libertadores, de Copa América, que el camino correcto es entrenar, sacarse la mugre, tratar de ganar al frente con las armas que corresponde”, asevera el Chano.

En esta misma línea adhiere Patricio Yáñez, el otro futbolista de Colo Colo 1991 presente en el Maracanazo: “Yo pienso que sirvió en términos de no cometer excesos, digamos, al menos por parte de los jugadores. El exceso no tiene que ver con repetir una historia negativa que vivimos el año 89, sino por mantener la concentración. Es decir, todas estas cosas que buscaban los equipos uruguayos o argentinos de ‘sacarte’ de la concentración, de pisar el palito, de recibir un codazo si la pelota estaba al otro lado de la cancha… no reaccionar, no responder, en fin, en ese sentido sí sirvió. Nunca hubo una posición de ese equipo del 91 como para ganar a como diera lugar. Nunca estuvo en nosotros. Siempre era lo futbolístico lo que primaba”.

Rubén Espinoza añade que este aprendizaje también corría pese a las hostilidades que se pudieran presentar en otros países: “Cuando salíamos a jugar afuera, por el club en este caso, esas cosas quedaban de lado. Nos focalizábamos, es decir, entrábamos al campo de juego representando a una institución y respondiendo como tal a esa institución. Por eso es más valorable este plantel de jugadores muy maduros para enfrentar la adversidad, muy maduro para enfrentar al rival, al público, al hincha cuando tú ibas a jugar de visita, era muy maduro. En ningún momento vimos que alguien se podía desviar o tomar otras determinaciones que fueran a perjudicar”.

“Después de eso, favorablemente se da el tema en la Copa poniendo énfasis en hacer lo que hay que hacer, en tratar de ser correctos, responsables”, acota Pizarro.

«Nunca hubo una posición de ese equipo del 91 como para ganar a como diera lugar. Nunca estuvo en nosotros. Siempre era lo futbolístico lo que primaba» (Patricio Yáñez).

Un momento en que se pusieron a prueba las enseñanzas fue en el partido contra Boca Juniors en Santiago, cuando se desencadenaron los incidentes entre camarógrafos, fotógrafos y los jugadores del cuadro argentino. “El que se salió de libreto fue el Pato (Yáñez, que fue expulsado) y el Coca. Si ves las imágenes, no hay nadie metido”, explica Garrido, aludiendo a que el resto del equipo colocolino se replegó al momento del conflicto.

¿Y qué dijo Patricio Yáñez al respecto? “Tuvimos estatura y creo que tuvimos algo que es súper importante el en fútbol: ser fuertes, ser duros pero inteligentes. Algo que yo no pude hacer. Hasta que me expulsaron. Me tocó a mí poh, me tocó a mí perder en ese partido. Vi una agresión a Marcelo Oyarzún y yo, a la mala, además, reaccioné y golpeé a Blas Giunta y al final nos fuimos expulsados. Eso es lo que Mirko siempre me apuntaba: ‘¿Cómo lo hiciste? ¿Por qué lo hiciste si habíamos cumplido lo más difícil?’ Yo le dije ‘uno es ser humano poh, reacciona’. Llega un momento en que la etiqueta de profesional se pierde y llega un momento en que actúa, más al ver que están agrediendo a un compañero: vas de cabeza y vas a defenderlo al final. Eso fue”, relata el Pato.

Eso sí, Yáñez reflexiona: “yo creo que hubo demasiada gente que no tenía nada que hacer ahí. Uno lo tiene que lamentar. Yo no me voy a poner la venda en los ojos y decir que estuvo todo bien. Si bien es un problema de Boca, pienso que en ese momento se excedió la gente que estaba en el entorno y eso calentó el ánimo en un momento de Boca”.

José Alvújar, uno de los fotógrafos presentes en aquel partido ante Boca Juniors, entrega su reflexión: “La Copa Libertadores en esa época era así, no era de otra manera. No es que hubiera habido mucha más gente en el Monumental que la que hubo en Buenos Aires en el partido de ida”.

“Yo veía jugadores que quisieron salirse de madre porque no podían volver a Buenos Aires con las manos vacías nomás. Tenían que justificar todo esto ante la hinchada ante su fracaso, porque ellos veían segura su participación en la final”, añade el profesional.

“Fue vergonzoso. No es muy bonito recordarlo. Pero era muy lógico que pasaran estas cosas en los contextos que se daban los partidos: llenos de gente, de extraños. Es cierto que había muchos fotógrafos que no eran reporteros gráficos que cubrían fútbol. Es cierto”, cierra Alvújar sobre el punto.

Finalmente, Colo Colo ganó la Copa Libertadores y Rubén Espinoza enfatiza en lo siguiente: “Hay un tema deportivo que fue importante: la obtención se obtuvo deportivamente. El fuerte de esto, sin dejar de valorizar lo que se hace externamente, o la función que tiene que hacer un dirigente, pero deportivamente se logró en cancha. Se le ganó a los equipos que se les tenía que ganar, en los lugares en que se tenía que ganar. Entonces creo que ese es el valor más importante. Deportivamente, fue lo más valioso”.

La semifinal contra Boca Juniors puso a prueba las enseñanzas que dejó el Maracanazo.

El contraste de la Roja y Colo Colo

Después del Maracanazo, la Selección Chilena tuvo su primer desafío importante en la Copa América Chile 1991, torneo que comenzó casi un mes después de que Colo Colo se coronara campeón de la Libertadores. A poco de comenzar el certamen de selecciones, la figura del técnico de la Roja, Arturo Salah, fue duramente criticada pues decidió no convocar a Rubén Martínez, uno de los recientes campeones con los albos.

Los jugadores de Colo Colo que Salah convocó para la Copa América fueron Lizardo Garrido, Miguel Ramírez, Javier Margas, Eduardo Vilches, Rubén Espinoza, Jaime Pizarro, Gabriel Mendoza y Patricio Yáñez. Mientras, de los otros equipos nacionales fueron llamados Patricio Toledo, Andrés Romero, Fabián Estay, Nelson Parraguez y Jorge Contreras, de Universidad Católica; Marco Cornez, de Deportes Antofagasta; Ronald Fuentes, de Cobresal; Rodrigo Gómez, de Palestino; y Aníbal González y Marcelo Vega, de Unión Española. Y desde el medio extranjero fueron nominados Iván Zamorano (Sevilla de España), Ivo Basay (Necaxa de México), Hugo Rubio (Saint Gallen de Suiza) y Jaime Vera (Ofi de Grecia).

En paralelo, el hecho de que Colo Colo ganara recientemente la Copa Libertadores creó en el ambiente la sensación de que el fútbol chileno podía replicar ese título continental con la consecución de la primera Copa América por parte de la Roja de Salah. Eso sí, Jozic advirtió en 1991 que “como dueño de la competición, (la Selección Chilena) tendrá la presión de ser local, eso la gente no debe olvidarlo y debe apoyar”.

De igual manera, Salah era permanentemente comparado con Jozic, al punto que al croata ya se lo veía en 1991 como candidato a la Selección Chilena. “Esa es una pregunta malintencionada, no es seria. La Selección tiene a un buen entrenador a quien hay que apoyar para que, gracias a Dios, Chile pueda repetir el título de campeón que obtuvo Colo Colo”, respondió Jozic previo a la Copa América. El croata sería técnico de la Roja recién en 1993.

Finalmente, la Selección Chilena no pudo repetir el logro de Colo Colo y debió conformarse con el tercer lugar. “Esa Copa América fue absolutamente accidentada. Jugamos el partido con Argentina que no era fútbol, era una piscina el Estadio Nacional, donde había que levantar y pegarle para arriba. No era un partido de fútbol. El partido en Concepción contra Perú, un poco mejor pero tampoco… el partido final con Colombia, la cancha ustedes vieron lo que era”, comenta Jaime Pizarro. “Teníamos un incentivo tan alto, moral, deportivo, que nos encontraba a un grupo grande en un buen momento. Pero el factor climático no nos fue amigable. Para nada”, agrega el Kaiser.

“Nosotros pensábamos… yo por lo menos pensaba que la ganábamos”, cierra Lizardo Garrido.

Después de este tercer puesto, y a consecuencia del Maracanazo, la Selección Chilena no tuvo más obligaciones que esperar la Copa América de Ecuador 1993, la de Uruguay 1995, y luego las eliminatorias para Francia 1998. De hecho, en todo 1992, ni siquiera disputó un amistoso de los denominados Clase A.

Mientras tanto, Colo Colo vivió una situación completamente opuesta ya que, a diferencia de la Roja, no debió aguardar mucho tiempo para encarar importantes retos internacionales: la Copa Intercontinental frente a Estrella Roja, la Recopa Sudamericana ante Cruzeiro, y la Interamericana versus Puebla.