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Manifiesto de Lizardo Garrido: “No tengo ninguna foto con la Libertadores”

En la lista del colegio era novedoso y feo llamarse Lizardo. Incluso tengo varios amigos y yo también les digo ‘a ti también te cagaron porque te pusieron Lizardo’, porque hay varios Lizardos. Pero después, cuando entré al fútbol, no sonaba tan feo. Era más normal. Mi papá se llamaba así. Viene de papá.

Fue una hermana de mi papá, que también vivía en Temuco, la que me colocó Chano. No sé cuáles fueron las razones. Pero todo el mundo, siempre, desde chico que me dicen Chano.

En Colchagua jugué el 77, y regresé a Colo Colo. Nuevamente me prestaron, el 78 me fui a Trasandino de Los Andes y volví. Y nuevamente me prestaron y me fui de nuevo a Deportes Colchagua.

Yo creo que el 81 empecé a ganar un poco más de dinero. Ahí se dio todo… fue súper rápido lo mío: titular en Colo Colo. Por una circunstancia me pusieron de lateral derecho. Y de ahí no salí más, me llamaron a la Selección, el 81 me eligieron el mejor jugador del año, me regalaron un auto. Yo estaba peleando el premio con Manolo (Manuel) Rojas, (Severino) Vasconcelos, Mario Osbén, Elías (Figueroa). Fue extraordinario el año. Me llamaron a la Selección… me acuerdo que llegó un telegrama a la casa cuando me citaron. Recuerdo que jugamos un partido contra Fluminense. Ganamos, por supuesto, y ahí empezó todo esto. Fue tan dinámico. Después eliminatorias, mundiales, y todo lo que vino después.

«En la lista del colegio era novedoso y feo llamarse Lizardo. Incluso tengo varios amigos y yo también les digo ‘a ti también te cagaron porque te pusieron Lizardo'»

Todo el mundo ha dicho que una de las características más importantes de este logro fue lo amigos que éramos. Más allá de ser nombres —porque éramos muchos nombres en ese equipo, éramos seleccionados nacionales — éramos hombres. La Copa Libertadores se ganó con hombres.

Era súper mesurado. Tú has visto que yo no tengo ninguna foto con la Copa Libertadores. No tengo. Y claro, estaba dando la vuelta olímpica, y hay una imagen en que terminan los festejos y todo el mundo saltando, y yo me ‘tiro’ rápido para ir al camarín. Yo quería estar solo un rato. Me fui atrás a la ducha, al sauna. Pensé en todos los esfuerzos que se habían hecho durante tanto tiempo. Un poco recordé mis inicios, lo que me costó, que al final se había cumplido la meta, y que todos los sueños que tuve algún día, se cumplieron. Todos, absolutamente todos. Fue un momento en el que me fui pensando en lo feliz que estaba mi gente y, en segundo lugar, lo feliz que estaba este país.

Uno tiene que aprender a vivir con esa pena nomás. Y la vida tiene que continuar, ¿cachai? Y bueno, mi mujer se fue… tenía 56 años. Cáncer brutal. Y claro, ella fue el pilar más importante de mi carrera. Yo estaba jovencito, 17 años, la conocí de 17 años. Hasta hace cuatro años estuve casado con ella. Me conoció jugando por Colchagua. Pero tengo el orgullo de que en mis años a ella le di todo lo que le podía dar, de amor, de cariño. Y ella, no tengo ninguna duda, fue más importante que mis hijos. Ella construyó y armó todo este cuento. Bonito. Pero la vida hace esto y ahora… nada. Mis hijos no están, se casaron, tienen treinta y tantos años… mi hijo el Francis no. Pero bien. Estoy contento con lo que está pasando, pero ella siempre está en la retina. Y no se me puede olvidar. Me hubiese encantado haberle dicho ‘mira, 30 años, esto es parte tuya. Esto te lo ganaste tú cuidando al Francis, que estaba con una enfermedad ‘cabrona’, y tú nunca me dijiste que estaba enfermo’. Por eso que me dio esa pena porque podría habérselo dicho a ella.

«Mi mujer se fue… tenía 56 años. Cáncer brutal. Y claro, ella fue el pilar más importante de mi carrera«

Colo Colo es parte de mi familia. No sé cuántos años llevaré en Colo Colo. Estuve en los momentos más difíciles. Participé directamente en la quiebra, también con el Bichi en los años más exitosos… no me he movido nunca de Colo Colo. Es mágico, es sagrado, es cultura, es gente. Después de mi familia, es todo. No tengo ninguna duda.